Editorial 203

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Estimados miembros de la Familia Salesiana, amigos de Don Bosco:

El objetivo fundamental del tema del Capítulo General 28 es ayudar a toda la Congregación a profundizar acerca de cuál debe ser el perfil del salesiano capaz de dar respuesta a los jóvenes de hoy, especialmente a los más pobres y necesitados, a los excluidos y descartados, a los más frágiles y privados de derechos. Y esto en un mundo cada vez más complejo y que experimenta cambios veloces.

Esta realidad demanda salesianos consagrados-apóstoles preparados y dispuestos a vivir su vida con la mente y el corazón de Don Bosco en esta Iglesia y sociedad, deseosos de compartir, donarse y dar la vida por estos jóvenes del mundo de hoy, con sus lenguajes, visiones propias e intereses. A muchos de estos jóvenes los podemos encontrar en las casas salesianas, pero muchos otros se mueven por diferentes ‘patios’ del mundo.

Este “modelo de salesiano” que hoy exigen los signos de los tiempos pondrá en evidencia el hecho de que cientos de miles de laicos forman hoy parte de las presencias salesianas en todo el mundo, y esto pide del salesiano una nueva apertura de mente y corazón ante esta realidad, para el bien de la misión salesiana en el mundo. Solo compartiendo la misión podremos dar las mejores respuestas sin defraudar a estos adolescentes y jóvenes de hoy y de mañana que tanto nos necesitan.

El Capítulo Inspectorial que hemos celebrado a finales de mayo ha entregado nuestro aporte al tema “¿Qué salesianos para los jóvenes de hoy?” en los tres núcleos temáticos:

• Prioridad de la misión salesiana entre los jóvenes de hoy.

• Perfil del salesiano para los jóvenes de hoy.

• Junto a los seglares, en la misión y en la formación.

Hemos aprovechado esta instancia capitular para vivir una rica experiencia de comunión, discernimiento y convergencia práctica, tratando los temas del proceso de resignificación y la renovación del Proyecto Educativo Pastoral Salesiano Inspectorial (PEPSI).

Ha sido un proceso que el Espíritu Santo inició en el corazón de cada hermano y que ha ayudado a despertar responsabilidades, disponibilidades y recursos. Escuchar a los jóvenes y sus demandas de acompañamiento y de cercanía por parte nuestra nos ha renovado en nuestro deseo de ser fieles al llamado del Señor, que nos invita y consagra a ser signos y portadores de su amor.

Juntos esperamos responder con generosidad a los desafíos planteados y a confiar en la gracia de Dios que nos impulsa a soñar y trabajar por esos sueños.

Les bendice, P. Carlo Lira Airola, Inspector

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